Tres invitaciones, tres noches y más de trescientos
vecinos que compartieron en son de baile la musicalización de la Estación Sud
de Ferrocarril. Improvisación, destreza y conocimiento se desplegaron en el
nuevo espacio cultural de la avenida Cerri.

«En la tarde que en sombras se moría, buenamente
nos dimos el adiós; mi tristeza profunda no veías y al marcharte sonreíamos los
dos», confiesa un tango. Así sucedió con los encuentros tangueros de
verano. «Hace 17 años que estoy en el ambiente del tango y la noche de la
Milonga de Verano fue gente que nunca había visto en mi vida, no sé de dónde
salieron, pero pensé qué bueno es que nos reunamos todos para este tipo de
eventos, que siempre siga apareciendo gente nueva que gusta de escuchar, ver y
bailar milongas», introdujo María González Rial, profesora de tango y
coordinadora de la agrupación Amigos por el Tango.

Aprendizaje
El abrazo y el paso caminado del primer encuentro se trasformaron, muchos
sumaron experiencia para dibujar el firulete, el gancho o algún giro. El primer
encuentro fue en el mes de enero y no podemos dejar de recordar que la
iniciativa de bailar tango al aire libre ya había sido plasmada en la Plaza
Rivadavia en años anteriores. El acondicionamiento del espacio próximo a la
Estación Sud llevó su tiempo y aportes de la Asociación Bahiense de Tango y el
Instituto Cultural. «Fue una construcción en manos de muchos» y eso
hasta lo dice el cartel que la identifica, obra de Jorge Muscia, fileteador de
fama internacional. «La Plaza de Tango es una extensión verde de la
Estación Sud de Ferrocarril, entre higueras, parras, ciruelos y sombra de
viejos árboles, reluce la nueva pista de baile inaugurada en el mes de
diciembre. Pensada para ellos, disfrutada por los tangueros», describen
desde el Instituto Cultural.
El segundo encuentro, en febrero, se invitó a Polizzi Trío, para darle el toque
de la música en vivo a una noche tibia de gran convocatoria. «Desde el
taller Amigos por el Tango siempre se trabajó desde la idea de lograr que la
gente sea partícipe de nuestra música, y no un mero espectador. Todos los
encuentros en la plaza se realizaron gracias al aporte del Instituto cultural
de Bahia Blanca, que desde un primer momento apoyar la iniciativa. Nada mejor
para un tanguero que bailar con músicos en vivo, en un piso preparado para tal
fin, en una noche cálida de verano.
Y sobre el cierre de la temporada y de los ciclos culturales, la cosa se fue
poniendo mejor. En el último encuentro, el 9 de marzo, la milonga contó con una
clase gratuita, los bailarines experimentados dieron apertura a la pista de
baile para que luego, el público se ponga a milonguear. Entrada la noche,
Huella Sureña hizo su paso de pañuelos agitados y miradas cómplices con
chacarera, zamba y escondido. De nuevo, la gente asistente se animó a bailar
folklore. Se coronó la noche de espectáculos con el Trío Bahía Blanca Tango,
más música en vivo con rítmico acento de Pablo Gibelli y fue seguido por las
parejas en la pista.