Francisco, como argentino y papa, se expresó con respecto a nuestro país: “Veo
sangre”.
Yo veo sangre después de lo que pasó en Brasil con la presidenta.
Veo sangre cuando veo lo que le están haciendo a Venezuela, Ecuador, Bolivia.
Veo sangre cuando varios países europeos abren sus puertas para que Estados
Unidos y la Otan instalen bases militares y misiles apuntando desde Colombia a
Venezuela y América, y desde Europa apuntando contra Rusia.
Veo sangre en la visita que hará Obama a Hiroshima, ¿o ira a decirle al mundo
que destruirá su arsenal atómico e invitará a los que tengan armas atómicas y
misiles con ojivas nucleares a que lo imiten?
No alcanza la sangre derramada en las dos guerras mundiales y todas las que
vinieron después.
Napoleón entró con sus ejércitos a Rusia pero no pudo salir; Hitler y ejércitos
de Europa entraron a Rusia tampoco pudieron salir.
Putin previno que si intentan tirar un misil a Rusia, también ellos pueden
hacerlo contra Francia o Texas (Estados Unidos).
“Parirás con dolor”, es lo que el futuro parece decirles a los pueblos del
mundo que quieren paz, trabajo, vida digna, alimentos, educación, salud.
Federico García Lorca escribió en el año 1931 “Bodas de sangre”. ¿Quién
escribirá en el 2016 las bodas de sangre en la que ya estamos?
Sólo los pueblos del mundo y de cada país pueden detener este suicidio
colectivo de la humanidad. Los pueblos aún no se dan cuenta de esto.
Una guerra mundial sería un suicidio para la humanidad. “El que a hierro mata,
a hierro muere”.
No basta con ganar elecciones, hay que tener el poder económico, los pueblos
deben tener sus propias milicias que son las únicas que les asegurarán que lo
que votaron se cumpla.