Se presentaron los resultados de un estudio sobre colisiones viales en Bahía
Blanca que arrojaron una baja del 1,4% respecto al número obtenido el año
pasado. El trabajo fue realizado nuevamente por un grupo interdisciplinario de
la UNS.

Hace unas semanas atrás EcoDias compartía una nota sobre los resultados que
se obtuvieron de un informe sobre colisiones viales que comprendió el segundo
semestre del año 2014. Estaba el deseo de que los accidentes sigan descendiendo
y se cumplió ese deseo aunque en un porcentaje que no debe desviar la atención
de la problemática de los accidentes de tránsito en Bahía Blanca.
Los resultados del mismo trabajo pero con respecto al periodo que va de enero a
junio de 2015, arrojó una baja del 1,4% en cuanto a los accidentes. El estudio
fue confeccionado por el Grupo Interdisciplinario para el Estudio de las
Colisiones Viales (GIECOV) y dicha labor se generó a través de un convenio que
en ese sentido acordaron la municipalidad con la Universidad Nacional del Sur
(UNS). Justamente del equipo de trabajo de la universidad, participan docentes
y becarios de los departamentos de Ingeniería, Geografía y Ciencias de la
Salud.
Retomando los números, la merma del 1,4% se traduce en 1466 accidentes
comparados a los 1486 del estudio anterior.
Como en aquella oportunidad, EcoDias entrevistó a Pedro Silberman, decano del
Departamento de Ciencias de la Salud de la (UNS) quien comentó acerca del
trabajo y de lo ya dicho: “En principio una cuestión es que se sostiene la baja
en la cantidad de accidentes, en el descenso a pesar de que este semestre es 1,
4 menos nada más que es muy poco pero se sostiene la tendencia porque el año
pasado sí tuvo un descenso importante de casi un 20%.
Lo segundo es la disminución de un 16% en la cantidad de internados y en este
semestre nosotros nos encontramos con un 37% menos de mortalidad pero es muy
relativo porque como son valores muy bajos hay que esperar hasta fin de año
para ver si se consolida esta tendencia. Pero al momento tenemos 12 fallecidos
por accidentes de tránsito cuando el año pasado a esta altura había 19”.
Sobre la cantidad de accidentes, Silberman coincidió que más allá de un menor o
mayor porcentaje, las colisiones van bajando: “Se mantiene la tendencia, yo
creo que la gran baja se dio con la modificación en el microcentro de
estacionamiento y al sostenerse la misma política, aparentemente puede decirse
que se sostiene también la baja. Después no hubo alguna otra cosa que nos haga
pensar sobre porque ha descendido”.
Un dato importante del informe, refiere a las esquinas que son consideras como
más peligrosas, punto en el cual se observó una modificación: “Históricamente
Zelarrayán y Cuyo, Alem y Cuyo, Alem y Córdoba eran las esquinas con más
accidentes. Este semestre no aparecen en las primeras diez esquinas más
peligrosas y sí aparecen esquinas que antes no lo eran como Brown y Misiones,
como Indiada y Caseros, por ejemplo”.
Ahora bien, dijimos que más allá de porcentajes mayores o menores, el índice sigue
bajando pero no es menos cierto que más de 1400 accidentes es una cifra grande
y que merece ser reducida. Según Silberman no se puede hacer una comparación
con otros lugares para ver cuál es la situación de Bahía Blanca respecto a diferentes
localidades: “No se puede establecer porque no hay datos de otras ciudades, los
datos de otras ciudades en el tema de accidentes tiene que ver con accidentes
no solamente en el casco urbano sino también en las rutas, no están
sistematizadas las formas de contarlos entonces son difíciles las
comparaciones. Lo que sí podemos decir es que Bahía Blanca es una de las
ciudades de la provincia de Buenos Aires con mayor relación habitante – auto.
Digamos, hay 2,2 habitantes por auto, solamente superada por La Plata”.
El informe destaca el lapso horario pico que va entre las 17 y las 20 de los
días jueves como el más afectado por colisiones “con muy poca diferencia los
viernes y sábados. Y el segundo pico se hace al mediodía”.
De las cifras finales se desprende una mayoría de accidentes con autos como
protagonistas. La diferencia con los accidentes de motos son las consecuencias:
“La mayor cantidad de este semestre son de autos, seguidos por las motos. Lo
que sí los de motos son con mayor impacto y con mayor internación. O sea los
que más se internan son por los accidentes de moto pero los que más hay son
accidentes de autos”.

La función de los semáforos
El trabajo realizado por el grupo interdisciplinario señala que a partir
del análisis del mapa de densidad de colisiones viales y semáforos, se pudo
observar que no es excluyente la relación espacial entre semáforos y
accidentes. Esto quiere decir que la presencia de semáforos no influye de
manera total en una baja de colisiones viales: “La modificación en el
microcentro de estacionamiento lo que le dio al microcentro es mayor fluidez y
lo que pasó es que disminuyó la cantidad de accidentes. El semáforo sirve para
eso, para darle fluidez al tránsito, no para evitar accidentes. Muchas veces
cuando se colocan semáforos, ocasionan accidentes más severos.
Brown y Misiones es una esquina con mayor cantidad de accidentes. Una cuadra
antes es Montevideo y Misiones que no hay semáforos y hay un tránsito muy
grande y a mayor velocidad, sin embargo no hay accidentes ahí. Es una esquina más
peligrosa sin semáforos y no hay accidentes. La otra cuadra que hay semáforos
hay accidentes.
El tema del semáforo es para otra cosa, tiene que ver con la fluidez del
tránsito, el accidente ocurre por errores humanos, conducta humana”.
Justamente, el estudio del GIECOV resalta que se mantiene la concentración de
colisiones en las intersecciones que conectan la periferia con el centro de la
ciudad, así como las esquinas semaforizadas.
Ejemplo de lo dicho por Silberman es que en sectores de la periferia, las
intersecciones con flujo vehicular importante, tuvieron altos índices de
colisiones más allá de la presencia de semáforos.
Por otro lado, hay una cuestión que se mantuvo en el estudio de ambos semestres
y que tiene que ver con la edad de las personas que se accidentan. Son los
jóvenes los más afectados por las colisiones viales siendo el rango etario más
vulnerable el que va de los quince a los 34 años. Durante 2015, ese grupo se
encuentra involucrado en más del 63% de los accidentes.
Aquí vale detenerse porque hay que tener en cuenta que se fomenta mucho el uso
de la bicicleta, que se prevé la realización de ciclovías en Bahía Blanca y que
hay una gran cantidad de personas jóvenes que utilizan la bici como medio para
transportarse. Es decir, si se va a oficializar la bicicleta para transitar y
se van a adecuar las condiciones, también hay que hacer hincapié los hábitos de
los conductores y en la necesidad de un cambio en éstos. SI en un auto los
jóvenes cometen errores o incumplen normas, tranquilamente podrían repetir eso
en una bicicleta quedando la persona aún más expuesta a las consecuencias
físicas: “Nosotros también tenemos la estadística con el tema bicicletas, yo
creo que todas las ciudades modernas tienen que apuntar a mejorar la
posibilidad de que transiten bicicletas. Lo que no debe obviarse es que los
ciclistas, igual que los peatones, tienen responsabilidad en el tránsito,
tienen normas que los regulan y que tienen que cumplirlas. El Estado o quien
controle, tiene que controlar que las normas se cumplan tanto para los
ciclistas, para los peatones como para los automovilistas”.
Existen cifras que hablan de las conductas de los ciclistas de nuestra ciudad,
y no son muy alentadoras: “Las conductas de los ciclistas son pésimas. El 80%
circula a contramano, más del 70% cruza semáforos en rojo, hay un 40% que anda
con las bicicletas cargando bultos, el 70% circula en bicicleta con
auriculares…Digamos, las conductas de los ciclistas dejan bastante que desear
pero además no hay control y no hay punición. Yo creo que existen normativas
para controlar, que ya están reglamentadas y que deben utilizarse. Así como
deben generarse condiciones para que los ciclistas circulen seguros y que haya
más bicicletas que autos y que motos, también hay que sostener el cumplimiento
de las normas”.