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Puesta en valor de la Lola Mora
Llamó la atención que aparecieron tapadas, en la Avenida Alem, las piezas que componen la fuente, pero no es por el frío que ya llega. Las tareas de reparación y mejoramiento del grupo de esculturas son la razón.
Categoría: Locales

Llamó la atención que aparecieron tapadas, en la Avenida Alem, las piezas que
componen la fuente, pero no es por el frío que ya llega. Las tareas de
reparación y mejoramiento del grupo de esculturas son la razón.

La inversión que menciona la Universidad Nacional del Sur es cercana al
millón de pesos. Así se llevan adelante las tareas “de preservación y mejora en
uno de los grupos escultóricos más representativos de la ciudad”.
Si bien a todo el grupo
se lo menciona como “la fuente de Lola Mora”, sólo pertenecen a la artista
tucumana Dolores “Lola” Mora los capullos, el resto de la fuente es de autor
desconocido.
Las piezas fueron adquiridas en el año 1951 por el Miguel López Francés cuando
se remataron bienes de la mansión de la familia Paz Anchorena, en la ciudad de
Buenos Aires. Luego fueron donados a la Universidad.
Deambularon por varios espacios esas piezas hasta terminar arrumbadas en el Parque
Independencia hasta su accidental redescubrimiento.
Hacia 1978 se decidió definitivamente su ubicación al frente del edificio de
Alem 1253.

Detalles
Da cuenta la UNS que “el grupo está compuesto por una fuente, que consta de
una serie de platos tallados superpuestos, sostenidos por columnas centrales
ornadas con trigo y flores. La inferior, está rodeada por tres amorcillos,
representados como tres niños desnudos. Además, hay dos rosas, que según
describe Oscar Félix Haedo, un estudioso de la obra de Lola Mora, tienen éstas
características: Una con la forma de un capullo y la otra más desarrollada. Una
de ellas es sostenida por tres ninfas con sus bustos descubiertos -a la manera
de las cariátides- cubriéndoles el resto del cuerpo sendas túnicas. La cuarta
ninfa aparece abrazada a la rosa, asentada sobre un pedestal donde se lee ‘Lola
Mora’.
La actitud de las cuatro ninfas es de movimiento, rotando en torno de la flor,
que exhibe pétalos exuberantes y encrespados. La otra rosa también es sostenida
por varias ninfas de idéntico atuendo, en forma similar, con la variante de que
una de ellas, totalmente desnuda emerge del interior de la flor inclinándose
hacia el suelo.
Por hallarse todas las obras en conjunto y por haberse comprado y traído a la
ciudad todas juntas, durante muchos años existió la convicción de que todo el
grupo escultórico pertenecía al cincel de Lola Mora: los capullos, el pedestal
de la fuente y los platos, pese a que solamente las rosas contenían su firma.
Sin embargo, la verdadera procedencia de las piezas se conoció a partir de una
carta enviada por Arturo Paz Anchorena -nieto de Arturo Z. Paz y Estanislada
Anchorena, propietarios de la mansión donde originalmente estaban las piezas-,
al diario La Nación, en respuesta a un artículo descriptivo de la obra
que publicara Jorge Haedo. Allí, se aclara que: “las dos flores o capullos con
ninfas sí son de Lola Mora, y están firmadas. La fuente no. Fue comprada en una
marmolería en Roma con otras estatuas, también destinadas al jardín. Las dos
flores de Lola Mora no tienen cabida en esta obra”. Más adelante, menciona que
“éstas consideraciones no son del caso afirmarlas sólo con recuerdos, que son
muchos, sino también con fotografías, que pongo a disposición del señor Haedo
por si quiere verlas” (La Nación, 15/5/1978)
De esta forma, se aclara el origen de una parte importante del grupo
escultórico, cuyas partes poseen un estilo similar y se integran armónicamente.
Así, merced a la decisión de las autoridades de turno, quedó conformado como un
nuevo conjunto por colocárselo todo asociado en una misma fuente, frente a la
sede de avenida Alem. La empresa de ingeniería local Dummig-Filipich, uno de
cuyos socios era docente de la Casa, aportó el hormigón elaborado para realizar
la base sobre la que se ubicaría la obra de arte. Además, para el
emplazamiento, participaron efectivos del V Cuerpo de Ejército.
La obra fue inaugurada el 18 de diciembre de 1978, con aportes de la Dirección
de Electricidad de Buenos Aires para la iluminación, como un regalo de la UNS a
la ciudad en el año de su sesquicentenario”.

Fuente: UNS y propias

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2018-05-02 00:00:00
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