Nuestros humedales
La costa del estuario reserva muchas
sorpresas naturales, una de ellas, los humedales de Villa del Mar. Un
ecosistema que hay que conocer, cuidar y preservar en beneficio de una vida
sustentable.
Los humedales están entre los hábitats más diversos y productivos. Proporcionan
servicios esenciales, su degradación y conversión puede hacer peligrar su fauna
y flora, también el equilibrio de la vida humana. La localidad cuenta con una
gran extensión de humedales costeros. La licenciada Liliana Dascanio,
integrante de la Fundación para la Recepción y Asistencia de Animales Marinos
(Fraam) y directora del Museo de Ciencias, detalla a Ecodias las múltiples
funciones de este capital natural.
Cada 2 de febrero se conmemora el Día Mundial de los Humedales, la fecha fue
propuesta por la Convención RAMSAR. Este año el festejo local se realizó a
fines de mes, la fiesta contó con la participación y trabajo del Museo de
Ciencias municipal. “Como ya es tradicional, se hizo en Villa del Mar. El
objetivo es acercar a la gente a los humedales, hablar de la importancia que
tienen, si bien es una fiesta con todas sus características, hubo bandas,
espectáculos, se elige la reina del humedal, todo tiene un trasfondo
educativo”. Los temas van cambiando año a año, 2016 está bajo el lema
“Humedales, medios de vida sustentables”.
Conocer
“En líneas generales, no se conocen los humedales locales, con charlas,
caminatas y talleres para chicos. Desde el Museo participamos con una
propuesta, esta vez trabajamos una visera con forma de rana porque es la
mascota de los humedales para la Convención, aunque no haya ranas en los
humedales de la región, siempre hubo historietas de ranas, además, tenemos una
rana en la sala del Museo”, introduce Dascanio.
Este ecosistema está visibilizado en nuestra región desde la costa de Villa del
Mar y como parte de la Reserva natural Bahía Blanca, Bahía Falsa y Bahía Verde.
“Villa del Mar fue creado como el balneario de Bahía Blanca, porque antes no
pertenecía a Coronel Rosales sino a este partido. En su fundación, incluso
cuando se hicieron los loteos, he visto imágenes, folletos y planos que lo
promocionaban como el balneario de la ciudad. Hoy es un pueblo de pescadores,
que tienen conciencia porque es su forma de vida”. La Convención sobre
Humedales es un tratado
intergubernamental aprobado en el año 1971 en la ciudad iraní de Ramsar. A
pesar de que el nombre oficinal de la Convención se refiere a los Humedales de
importancia internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, se la
conoce como Convención sobre los Humedales o Convención de Ramsar. En la
actualidad 168 países de todo el mundo han adherido a la Convención, las mismas
se denominan "partes contratantes". La misión de la Convención de Ramsar es “la
conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y
nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro
de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
Caso local
La Convención aplica una definición amplia de los humedales, que abarca todos
los lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales
húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas y bajos de marea, manglares y otras
zonas costeras, arrecifes coralinos y sitios artificiales como estanques
piscícolas, arrozales, reservorios y salinas.
“Todos los humedales tienen una flora y una fauna característica, en el caso de
los humedales de Villa del Mar, el cangrejo es uno de los habitantes típicos.
Por eso, tiene un sector de marismas, con una determinada vegetación,
fundamentalmente, espartinas, pastos altos, duros. El complejo que hay entre el
cangrejo y la espartina es una especie de simbiosis, si bien no llega a la
denominación. El cangrejo necesita la espartina, se protege dentro de las
raíces de la planta y a su vez, a la espartina le hace bien que esté el
cangrejo porque airea el suelo. El animal crea un tipo de esponja, que absorbe
la humedad, impide que haya inundaciones. Los humedales litorales están
trabajando continuamente con la fluctuación de las mareas, impiendo las
inundaciones, una de las prestaciones sistemáticas que brinda el ecosistema del
humedal que conservamos en la costa del estuario” reflexiona la especialista.
Desde el año 1997, todos los años organismos oficiales, organizaciones no
gubernamentales y grupos de ciudadanos de todos los niveles de la comunidad han
aprovechado la oportunidad para realizar actos y actividades encaminados a
aumentar la sensibilización del público en general acerca de los valores de los
humedales y los beneficios que reportan en general y la Convención de Ramsar en
concreto. La actividad de toma de conciencia y revalorización del espacio
natural comprometió a Fraam y Museo de Ciencias para el dictado de talleres y
caminatas, de esta forma, se demuestra el papel esencial que desempeñan los
humedales para el futuro de los habitantes locales y regioanles. A través de
estas actividades se da respuesta a la conservación y cuidado del lugar,
evitando su pérdida y degradación. A nivel internacional, la Convención
promueve el intercambio de información y experiencias, el acceso a recursos
económicos para países en desarrollo, el aumento del conocimiento y la
conciencia sobre la importancia de los humedales.
“Falta todavía mayor conciencia”, subraya Dascanio. “Desde el Centro de
actividades infantiles y la Fundación trabajamos en forma conjunta en el
proyecto Humedales, acompañados por la actividad de chicas y chicos que concurren
a las escuela. Quienes participan se convierten en transmisores de información,
“esto sirve para que se replique en toda la familia”. La concientización es una
tarea que debe sostenerse en el tiempo, “los chicos van a la Fundación, más
allá de la charla, hacen un recorrido guiado, colocamos grandes carteles que
informan sobre el peligro de pérdida de nuestros humedales, se les explica cómo
la basura afecta a la fauna marina”. El programa plantea una educación
ambiental vivencial, acorde con un proceso permanente que destaque las destrezas,
las experiencias, los valores y la determinación para actuar en forma
individual y colectiva, con un espíritu de prevención y deseos de toma de
compromiso con el territorio natural local.