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Dicho con mis manos
Capacitarse en la lengua de señas es adquirir un nuevo idioma, es correr las barreras para uno y para otros. Tamara Robin, intérprete, habló con EcoDias sobre la experiencia de su enseñanza.
Categoría: Educación

Capacitarse en la lengua de señas es
adquirir un nuevo idioma, es correr las barreras para uno y para otros. Tamara
Robin, intérprete, habló con EcoDias sobre la experiencia de su enseñanza.

“No es difícil aprenderlo, tenés que tener un buen porcentaje de expresión, es
decir manejar mucho la expresión, la memoria y fundamental las ganas de
comunicarse. Hay que estudiarlo para recordar las señas, aprender la estructura
gramatical, después poner todo lo corporal que ayuda a la comunicación”,
sintetiza Robin, quien está dictando un taller en el Centro Luis Braille. “Es
una lengua y por lo tanto lleva lo mismo que aprender otra lengua, hay que
practicar. Lo ideal después de hacer el curso es continuar, mantener la
practica con algún hablante de la lengua de señas, en lo posible, de esta forma
se enriquece más la lengua y el vocabulario.”
La propuesta que está abierta a todo tipo de público implica una introducción a
su aprendizaje, con 4 meses de preparación y una dedicación de 3 horas
semanales. “Los que se acercan a las clases, a hacer el curso son allegados a
personas sordas que tienen una discapacidad relacionada a la sordera y
profesionales, maestros, auxiliares, acompañantes terapéuticos”.

Cuestión de mirada
“Cuando vos te encontrás con una persona que no cuenta con el canal
auditivo y necesitas comunicarte tener la herramienta de la lengua de señas es
fundamental. Muchos de los alumnos cuentas historias, fui al quiosco y había
una persona sorda y nos sabía cómo comunicarme o ven a alguien con una
discapacidad auditiva que necesita ayuda y se sienten mal porque no pueden
ayudar. Esto es el motor para aprender y poder comunicarse”.
En cuanto a la mirada de la sociedad sobre esta discapacidad, Robin afirma que
““muy despacito está cambiando la visión, todo lo que es discapacidad avanza
muy despacio. Por suerte con la Ley de Medios se va abriendo, la gente va
conociendo más. También la gente que quería aprender lenguaje de señas tiene
más lugares para aprenderlo. Además, está creciendo la conciencia de lo que es
la inclusión ayuda muchísimo”.
Los aprendizajes lingüísticos de una persona sorda son disímiles a una persona
que oye, sin embargo, hay que tener en cuenta las diversas situaciones y
contextos para realizar aseveraciones sobre ello. “El universo de una persona
sorda depende del tipo de sordera, si nació sorda, si esa persona perdió la
audición en la adolescencia o en la niñez, también es un factor importante si
nace en una familia sorda, chico sordo con papás sordos, chico sordo con padres
oyentes o papás sordos con hijo oyente. Hay muchos factores que condicionan la
vida de esa persona sorda en cuanto al momento en el que quedó con la
discapacidad o si ya era nacido y dónde nació. Es diferente. No es lo mismo una
persona con sordera profunda, que nunca escuchó nada o una hipoacúsica, que
tiene un resto, una persona con implante coclear por lo tanto recupera un poco
de sonido o logra el lenguaje, hay muchas variantes. Si la persona tiene un
implante y cuando se lo saca para irse a bañar, porque no se puede mojar,
vuelve a estar dentro de la comunidad sorda y cuando se coloca el implante se
puede comunicar oralmente y se puede comunicar con una comunidad auditiva. Va
depender de cada caso en particular”.

Andar
Robin es intérprete en la lengua de señas, oriunda de la ciudad de Buenos
Aires, al llegar a la ciudad se encontró con un panorama completamente distinto
en el abordaje de la inclusión, la enseñanza y el acompañamiento de las
personas con sordera. “En Capital estaba trabajando con un cargo en una
escuela, al existir la carrera se han generado cargos en las escuelas para
trabajar. Pensé que en Bahía era lo mismo. En el año 2005 estaba bastante
complicada la situación, me costó bastante entender por qué no estaban abiertos
al tema de la interpretación en el aula, que para mí era moneda corriente en
Capital. Como no tuve posibilidad de trabajar como interprete comencé a dar
clases particulares, a maestros, después estudié acompañamiento terapéutico
para unirlo a la lengua de señas y trabajar con personas sordas. Cuando fui
conociendo la comunidad sorda también conocí gente que manejaba la lengua”.
Inserta en nuestra localidad, plantea los cambios que aún hay que generar.
“Ahora se está abierto en escuelas y universidades a que hay una persona con
cierta discapacidad que quiere seguir formándose. No es que termina la escuela
primaria y se acabó, si el chico tiene potencial hay que darle las herramientas
para que tenga un intérprete dentro del aula, sea en secundario o universidad,
para que se pueda desarrollar, eso es evolucionar. Hay que buscar una manera,
que lo pague la universidad o la obra social”.
La especialista asegura que “España está muchísimo mejor que nosotros. De
hecho, tiene una bolsa de trabajo para personas sordas, muchos sordos
argentinos viajan a España porque se valora diferente el lugar que ocupa el
ciudadano sordo, se le da trabajo”.
La lengua de señas garantiza el cumplimiento de los derechos de las personas
con sordera o hipoacusia, potencia sus capacidades, lo libera de la idea de
no-escucha para habilitarlo como ser con lenguaje propio y le garantiza el
resguardo y reconocimiento de un universo de significaciones y expresiones
propias.

NUEVA EXPERIENCIA
Tamara Robin y Claudia Lima realizaron en esta semana una experimentación
conjunta: el relato de cuentos en ambas lenguas en forma simultánea. La prueba
piloto se realizó en la entrega de Kamishibai, papel que narra, voces de
narraciones que también se hacen dibujos, al estilo del teatro japonés. “Nos
fue espectacular y vamos por más” afirmó Robin. Habrá una nueva entrega el
jueves 13 de octubre a las 17.30 y el sábado 22 de octubre a las 10.30 hs., lo
recordaremos en nuestra agenda caleidoscópica.

LEY DE MEDIOS
El artículo 66 de la Ley de Medios Audiovisuales se refiere a los servicios
de accesibilidad, la incorporación de tecnología u otros recursos para integrar
a los televidentes con discapacidades físicas. Los “servicios de accesibilidad”
son: closed caption, audiodescripción y doblaje de lengua de señas. La
implementación debe ser gradual y reglamentarse, tendrá un alcance en los
programas de noticias, películas, series educativas, ficción en unitarios y
tira y deberá incluirse para los servicios públicos e institucionales televisados.
“Closed caption” consiste en el sistema de subtítulos para programas de
televisión destinados a permitir que las personas con sordera o dificultades
para captar el audio puedan comprender lo que se dice en pantalla. La
autodescripción refiere a la sustitución de lo visual por las descripciones
sonoras complementarias. El objetivo es proporcionar información sobre gestos,
actitudes, paisajes, vestuario, entre otros a las personas con discapacidad
visual. Lengua de señas se incorporará en la transmisión por un canal gesto-
visual- espacial que permitirá la expresión de contenidos.

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2016-09-12 00:00:00
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