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Creatividad infinita
Con una apertura que cuenta con meses de inauguración, Infinito por Descubrir realiza una propuesta pedagógica tecnológica para niñas y niños de 6 a 14 años. Enfocados en la creatividad, el trabajo en equipo, saber escuchar y participar activamente, habilidades blandas que interesan y facilitan la tarea a la hora de pensar y concretar proyectos y compartir actividades programadas.
Categoría: Educación

Con una apertura que cuenta con meses de inauguración, Infinito por Descubrir
realiza una propuesta pedagógica tecnológica para niñas y niños de 6 a 14 años.
Enfocados en la creatividad, el trabajo en equipo, saber escuchar y participar
activamente, habilidades blandas que interesan y facilitan la tarea a la hora
de pensar y concretar proyectos y compartir actividades programadas.

“Abrimos oficialmente a fines del mes de julio, estamos frescos y juntando
experiencias”, dijo Ana Mondon, coordinadora general en charla con EcoDias. La
apertura coincidió con el período de vacaciones de invierno, y en vacaciones de
verano se programaron también actividades, “estuvimos evaluando el patrón de
asistencia, durante la época de clases es uno, que también varió en las
vacaciones de verano, por ejemplo el mes de febrero estuvo buenísimo, se llenó
de chicos. Teníamos la expectativa que en el mes de diciembre se llenara porque
terminaban las clases, y no sucedió, empezó a decaer porque los chicos se
llevaron materias, padres cansados y chicos cansados de todo el año”. “Estas
dinámicas se repitieron en los otros cuatro centros Infinito, con el agregado
que aquellos no se encuentran próximos a los lugares comunes de circulación,
sino alejados”, sumó Sebastián Luce, quien lleva adelante la coordinación
pedagógica del centro. En Argentina existen 4 centros, ubicados en Jujuy,
Mendoza, Bahía Blanca y Posadas, “y se espera que este año se abra uno en San
Juan y Santiago del Estero. Además, hay dos trailers que van recorriendo el
país, sucursales móviles e itinerantes”.
El trabajo del Infinito local se realiza en coordinación con Buenos Aires, y
con los otros centros se intercambian actividades, “se está gestando una red
entre las coordinaciones pedagógicas, operativas, entre los propios
facilitadores”, agrega Luce, “la modalidad de actividades es proyecto, como es
espontáneo y surge de los chicos que asisten, nosotros los acompañamos en el
proceso creativo para hacerlo realidad”. Las actividades programadas sí son
compartidas con el plantel pedagógico de Educ.ar, “también generamos
actividades desde acá o modificamos algunas realizadas en los otros centros, y
también las compartimos”, dijo Luce, y sumó Mondon, “sí, les damos la impronta
local, la probamos y los mismos chicos sugieren otros giros”. Las propuestas
son producto de una aplicación de prueba y error, “hacemos actividades
multidisciplinarias, mezclamos o hacemos toda una semana con una trama temática
o abrimos un día a la comunidad”.
Para este año, Infinito por Descubrir quisiera brindar talleres, una apuesta
sostenida en el tiempo, consistirían en 4 a 6 encuentros, un punto medio entre
una actividad programada y un proyecto, “porque hay una
idea, una problemática, que puede ser de la ciudad, del barrio, de una escuela,
de un hospital, de cualquier institución, y haríamos encuentros para dialogar
sobre esta cuestión y armar entre los participantes estrategias para compartir
después con esa organización, creemos que es una buena dinámica para incorporar
la idea de proyecto, una problemática- solución, y también es generar un
compromiso donde no quede solamente en las actividades de una hora y media, y
esto los deja enganchados y vuelven, creemos que con los talleres podremos
lograr un compromiso mayor”. De esta forma, se suma a las habilidades el
impacto social de la propuesta educativa.
Con estas metas en vista, los partícipes de Infinito son los primeros en poner
en prácticas las habilidades, “pensamos que tenemos que ponerlas en práctica
nosotros y después que fluya a los chicos por el ambiente mismo”, según Luce el
cambio está en los adultos que contagian a los chicos en esas actitudes, “si no
trabajamos en equipo, no podemos lograrlo en los chicos, si no nos sabemos
escuchar nosotros no podemos contagiar, tampoco es para enseñar sino para
mostrar, estamos en situación de aprendiz frente a los chicos, también hay que
cultivarla en vos, queremos esa coherencia. Potenciamos el trabajo en equipo
entre nosotros, consolidamos eso y ahora estamos profundizando la comunicación
interna y que salga al exterior”.
El centro Infinito por Descubrir se completa con un personal de 21 integrantes,
ambos coordinadores pertenecen a Educ.ar, de la esfera de Nación, hay empleados
de planta municipal y facilitadores contratados que ingresan por la
Subsecretaría de Educación del municipio. “Necesitamos que a Infinito se lo
apropie la comunidad, de esta forma, logramos autonomía, y parte de eso tiene
que ver con los insumos o servicios que el centro necesita”. En busca de
mantenerse y permanecer más allá de este presente, se espera que el sector
privado realice aportes al Centro, que cuenta con instalaciones y equipamiento,
y requiere solo materiales.

Procesos y etapas
“La educación es un proceso lento, es directamente proporcional la paciencia,
sea la mini, al estar con los chicos, como en lo macro, tenés que ser paciente
para que los cambios de un Infinito o una propuesta pedagógica se vea”. La
dinámica de trabajo en Infinito es girar alrededor de preguntas, “cómo hago
esto, pregunta el chico y el facilitador le dice, cómo lo harías; ¿así?,
probálo”, haciendo hincapié en acompañar estos descubrimientos y jugar con el
asombro, sin eso no hay aprendizaje, lo descubrís vos, no te lo instalan”.
Los visitantes de 6 a 8 años gustan de las actividades programadas, que se
renuevan todas las semanas, trabajan en el mini laboratorio, “tenemos mucha
concurrencia”. De 9 a 14 años, representan una porción importante de actores, y
se reparten entre proyectos y actividades, el proyecto sigue el tiempo del
chico, tranquilamente disponen de la cantidad de días para dedicárselo, a veces
coordinan con otros chicos y está más atado a lo que va surgiendo.
Algunas de las experiencias educativas son narradas por sus propios creadores.
José construyó una máquina que dobla ropa, con 12 años, asegura que “todo el
tiempo que me sobra lo paso en Infinito por Descubrir”, juega al básquet y
estudia. Curiosidad, inquietudes y videos que inspiran, “ví el prototipo en
facebook hecho en cartón y lo quise mejorar”, para eso, utilizó maderas,
cables, servomotores y el programa Arduino. Tobías creó un detector de monóxido
de carbono, un aparato que detecta con forma de robot y movimiento, que le
posibilita tomar la graduación del elemento en diferentes habitaciones de una
casa.

ABIERTO A LA COMUNIDAD
Infinito por Descubrir se encuentra en Fitz Roy 682, y se encuentra abierto de
martes a viernes de 9 a 13 y de 14 a 18 hs., los sábados en ese mismo horario
de tarde. La entrada es libre y gratuita para niñas, niños y adolescentes, de 6
a 14 años de edad.

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2018-04-06 00:00:00
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