Jorge
Berrondo preside la Comisión Municipal del Discapacitado y en una entrevista
contó en qué están trabajando, la importancia de hacer saber los derechos
adquiridos y por qué se va a cambiar el nombre del organismo que encabeza.

Varias
veces han pasado por las ediciones de EcoDias las palabras de Jorge Berrondo
para contarnos acerca de las necesidades de las personas con discapacidad, de
algún reclamo en particular como muchas veces ha sido el referido al transporte
público o simplemente para hacer oír la voz de estas personas en una ciudad y
en un país también que no es accesible a ellas.
Mencionamos el transporte público, los colectivos que transitan Bahía Blanca
son parte del sistema de transporte y mucho se ha luchado y se lucha porque los
micros tengan las rampas correspondientes para que los puedan abordar personas,
por ejemplo, en una silla de ruedas. Pero hay algo que es cierto y es que no
sirve de nada poner rampas si la persona, por otros problemas de accesibilidad,
no puede llegar siquiera a la parada de colectivos.
En otras oportunidades nos hemos referido a lo que ocurre en el centro con los
edificios con escaleras o las veredas con todo tipo de obstáculos. Sin embargo,
también es verdadero que existe una realidad de otro estilo pero no menos peor
en los barrios de Bahía Blanca.
De todo eso habló Jorge Berrondo esta vez en una entrevista con Radio Nacional
Bahía Blanca y ahora como presidente de la Comisión Municipal del
Discapacitado. En dialogo con la emisora se refirió a un relevamiento que hace
un año que se viene realizando en diferentes sectores de nuestra ciudad. “El
primer barrio en el que se hizo el relevamiento sobre situaciones de
discapacidad, inclusión y accesibilidad en los barrios populares de Bahía
Blanca, fue Villa Nocito, la semana pasada continuamos con Portal del Este y
Punta Blanca. Se trata de nada más y nada menos que de una deuda pendiente que
tenemos para con nosotros mismos como sociedad que es saber dónde estamos
ubicados cuando hablamos sobre discapacidad y accesibilidad. Y dónde estamos
parados cuando decimos hacia dónde queremos instrumentar políticas con respecto
a la sociedad para que sea una sociedad inclusiva”.
En ese sentido Berrondo agregó ejemplos como los mencionados al comienzo de la
nota: “De nada sirve buscar hacer valer nuestro derecho en cuanto al trabajo y
no tener accesibilidad al mismo. Tampoco de nada sirve que nos pase un
colectivo accesible en la esquina si no podemos llegar porque no podemos salir
a la calle. Es todo un andamiaje de cómo pensar la ciudad que tiene que
comenzar en algún momento”.
Al respecto, Berrondo dijo que desde la comisión se tomó la firme decisión de
ir hacia adelante con esa idea y que se cuenta con el apoyo de la gente de los
propios barrios: “Lo cual viene muy bien porque ellos también quieren saber de
qué se trata”.
Los relevamientos son llevados a cabo por personas que los hacen de manera
voluntaria a las que se les enseña la metodología de trabajo, se les da una
identificación y se les otorga un certificado que deja constancia de haber sido
partícipes de la iniciativa. Los voluntarios, según Berrondo, son el pilar de
este trabajo que se puso en marcha: “Acá vamos a terminar sabiendo cuántos
somos, de qué hablamos cuando hablamos de discapacidad, de qué hablamos cuando
hablamos de salud en cuanto a la discapacidad, de qué hablamos en cuanto a la
inclusión porque a eso tenemos que apuntar, a poder convivir todos en una
ciudad armoniosa pero que en estos momentos tenemos que decir que es una ciudad
muy desigual”.
Para Berrondo merece el esfuerzo lograr que la comunidad se inmiscuya en temas
como estos y que se genere una empatía capaz de conseguir que uno se ponga en
el lugar del otro “para saber a qué nos referimos”.
Ese “saber” viene más que bien porque los voluntarios suelen encontrarse con
casos en donde la familia ignora que lo que sufre uno de sus miembros es una
discapacidad: “Les preguntás si alguien tiene algún problema para integrarse en
la vida social del barrio, siempre está el que dice que la única que tiene
problemas es la abuela que va al almacén y hay que acompañarla porque se cae y
no puede subir al colectivo. Esa señora mayor no se asume, no sabe que tiene
una discapacidad y que eso le genera derechos. No la estigmatiza sino que le
genera derechos”.

Hablemos con propiedad
Entre otras actividades que realiza la comisión, Berrondo hizo hincapié en
la defensa de los derechos de las personas con discapacidad respecto a sus
obras sociales: “Toda persona que tenga problemas con las obras sociales tienen
la solución en la comisión en cuanto a tener que hacer algún recurso de amparo,
etc, los asesoramos, los guiamos y en caso de necesidades nosotros mismos
financiamos su recurso de amparo o lo que tuviera que hacerse”.
Llegado el fin de semana, como ocurre o debiera ocurrir con todos, está el
derecho a la recreación y al divertimento. En relación a ello, se puede
averiguar en la comisión sobre cuestiones tales como natación, buceo adaptado o
la clásica matinée en el Club Universitario para personas con o sin
discapacidad.
Ya el lunes, el trabajo empieza nuevamente: “Durante la semana recorremos
constantemente los barrios, tenemos la satisfacción de haber logrado muchas
soluciones incluso habitacionales porque hay mucha gente que no sabe que tiene
derecho, uno de los que permite el certificado de discapacidad, a hacer
reformas habitacionales en las casas para lograr que sea accesible para ellos
mismos”.
Por otra parte, Berrondo explicó que las personas que necesitan de una silla de
ruedas las precisan de un determinado estilo o con características específicas
a su discapacidad. Mientras se logra la obtención de la silla, la comisión
también brinda una ayuda en ese aspecto: “En lo que va del año llevamos
entregadas más de treinta sillas de ruedas en comodato para que la persona
mientras le explicamos y hace los trámites ante quienes corresponde para
obtener su silla de ruedas, vea por lo menos paliado el momento”.
Lo mismo ocurre con los audífonos, anteojos o demás elementos que requiera la
persona. Berrondo señaló que son ayudas técnicas que se consiguen por la ley de
cheques y la CONADIS (Comisión Nacional Asesora para la Integración de las
Personas con Discapacidad): “Es importante que la gente sepa que tiene donde
recurrir personalmente todos los jueves después de las 19 horas atiendo todos
estos casos particulares en la misma comisión que está en Donado 155, local 54
y 55 del mercado municipal”.
Pero no todo queda allí sino que lo que se pretende actualmente es modificar el
propio nombre de la comisión, borrar la palabra discapacitado y que se llame
Comisión Municipal de las Personas con Discapacidad: “No podemos predicar que
se defiendan los derechos y ser los primeros que con el lenguaje los
violentamos”.
Los avances que ha habido en la materia, si bien falta aún muchísimo, son los
que tal vez han permitido que hoy la atención también se ponga en la manera de
expresarnos: “Uno quisiera que fuera todo ya pero si tenemos en cuenta que
veinte años atrás una persona ciega jurídicamente no tenía capacidad para
firmar, que hace quince años atrás teníamos capacidades diferentes, éramos
especiales, después fuimos discapacitados que significa nada más y nada menos
que no tener capacidad. Yo soy una persona que tengo varias discapacidades pero
tengo mis capacidades también como cualquier otro”.
Para abril de 2013, por la ley de cheques CONADIS contaba con cuatro programas
que tenían una duración de tres meses: “Cuando tuve la fortuna de conocer a
Silvia Bersanelli que es la actual presidenta de CONADIS, ella recién había
asumido y me dijo que su compromiso es llegar antes de fin del año 2013 con
trece programas que estén abiertos todo el año. Siempre que hablo con ella le
digo “me mentiste” porque ahora en realidad los programas son 24, están
abiertos todo el año y el año pasado se invirtieron más de 500 millones de
pesos cuando se venían invirtiendo en épocas anteriores 2 millones y lo que
sobraba se lo llevaba Economía”.