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Chus
Un nombre que los seguidores del buen cine español supieron reconocer y comenzaron a extrañar.
Categoría: Cine

Un nombre que los seguidores del buen cine español supieron reconocer y comenzaron
a extrañar.

Un rasgo esencial del cinéfilo -esos seres que aman al cine casi obsesivamente-
es que suele reparar, gustar, buscar, acumular detalles que para el espectador
de paso son banales o molestos.
Entre esos detalles suelen estar los actores y actrices secundarios, que casi
siempre sostienen como columnas el espacio abierto e iluminado por el cual
circulan a sus anchas los protagonistas.
Una de esas maestras del segundo plano que en algún momento fueron definidas
como “características” y capaz de hacer inolvidables sus participaciones fue la
española Chus Lampreave.
Tenía un tono de voz y una dicción muy personales, rostro anguloso y figura
menuda y la mayor parte de los espectadores la vieron por décadas como la amiga,
la tía o la vecina de alguno de los protagonistas, sobre todo en films de Luis
García Berlanga como El verdugo
(1963) o La escopeta nacional (1978)
y sin individualizarla hasta que Pedro Almodóvar le dio los roles impertinentes
que prefería.
Su nombre era una abreviatura de María Jesús y no obstante afirmar que había llegado
a la actuación por casualidad y que su vocación primera era la pintura, para el
director manchego encaró escenas no sólo graciosas -su filmografía se inclina a
la comedia- sino escabrosas, desde su primera colaboración en Entre tinieblas (1983) -como Sor Rata-
hasta la portera de Los Abrazos rotos
(2009), siempre dejando para el recuerdo alguna línea de dialogo o algún rasgo.
 Pero no sólo fue una “chica Almodóvar” y
participó de la saga de Torrente y de tantísimos otros largometrajes. Y en series
televisivas como Los pazos de Ulloa
(Gonzalo Suarez; 1985) basada en la novela de Emilia Pardo Bazán entre otras
muchas que aún se siguen reponiendo en TVE y especialmente en los últimos años
merecieron premios que recibió con desapego y gracejo.
Hasta que el 4 de abril pasado en un hospital de Almería -había nacido en
Madrid en 1930- dejó para siempre esa escena que pocas veces la tuvo en el
centro, aunque no le hiciera falta para ganarse a su público.

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2016-04-19 00:00:00
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