La
exposición «Con aroma a tango» de Guillermo Arena se realizó con
baile y música durante el fin de semana largo, dibujos como souvenir para los
que visitaron la muestra en los tres días. Una actividad más organizada por la
Sociedad Italiana local.

El artista local exhibió 33 obras con personajes
y escenas tangueras, inspirado en la escucha de tangos clásicos. «En este
evento de tango, que no es una muestra solamente», animó Arena en la
inauguración. «Todo esto del tango empezó hace dos años, primero a
estudiar tango. Hay un viejo refrán en el tango que dice: el que te espera a
los 40. Yo no fui la excepción y me esperó a los 43. Es verdad que me tocó el
bichito del tango, no quería dibujar ni pintar nada sino sabía lo que hacía.
Porque eso es sanata. Creo que hay que pintar y dibujar de algo que uno sabe
sino de última cambiar la temática. Empecé escuchando mucho tango, en mi casa
había dos casettes y eran de Piazzolla. Seguí con disco y una vez que pensé a
tener una formación más o menos decente empecé a bocetear y pintar». En
las paredes se exhiben los rostros de Carlos Gardel, Virginia Luque, Carlos Di
Sarli, Ángel Gregorio Villoldo, Edmundo Rivero, Homero Manzi, Enrique Santos
Discépolo, entre otros.

A la italiana
El 2014 se constituyó como un año muy activo para la Sociedad Italiana.
Convocaron a charlas, conferencias y muestras de forma sostenida, gratuita y
para todo público. Con el objetivo de impulsar eventos participativos y de
interés para la comunidad, la entidad se brindó a los bahienses más allá de sus
orígenes.
«Hay una sección de grandes valores del tango, estrellas, otras son
láminas temáticas, la letra de tangos me inspiraron y muchas son la
presentación del tango en imágenes, la más importante que surgió en ese momento.
En otros, simplemente, aparecen personajes muy pintorescos, cafishos,
percantas, compadritos, compadrones, malevos y afines». El trabajo
artístico revaloriza las obras musicales tangueras y también aporta una mirada
propia sobre los mismos. La figura del compadrito Vargas, el Terror de Pompeya
cuando el siglo XX estaba en pañales. «Pasó a cuchillo» a más de 17
parroquianos en sus dispustas por alguna percanta o unas copas de más. A fines
de los veinte se «retiró» abruptamente y puso una pizzería en San
Telmo por unos 7 años. Luego, desapareció y no se supo más nada de él. Algunos
rumores dicen que terminó en Mataderos trabajando de depostador como «para
no perderle la maña al cuchillo».

Música que ilustra
Arena no quiere develar los misterios del tango, si no que busca contagiarlos.
«Imaginé cómo serían ellos, van a ver personajes como el Terror de Pompeya
o Malena, la que canta el tango como ninguna, el encuentro por primera vez
entre Gardel y la Rubia Mireya». El artista cumple una larga trayectoria
como docente en la Escuela de Artes Visuales, a cargo de los talleres de
caricatura y humor gráfico, entre otros.