En muchos lugares de la ciudad se enseña
ajedrez, un juego de mesa y algo más según nos cuenta David Tkalecz, profesor
experimentado a nivel local.

“El ajedrez consiste en encerrar al rey, ni siquiera en matarlo. Y en esto,
intentar ver qué juega el otro, constantemente tengo que pensar qué quiere mi
compañero además de ganar, qué quiere hacer. Hay mucho de psicología, desde que
te apropias del juego con defectos y virtudes” resume Tkalecz, durante su
última clase de ajedrez en la Biblioteca Rivadavia.

Damero
“Conocí un montón de gente interesante y es emocionante porque hace muchos
años que estoy enseñando ajedrez, que después de 15 años de picotear en muchos
lados, este año ha sido muy productivo porque fui convocado para dar ajedrez en
Cooperativa Obrera, quienes financiaron el que dicté en la Biblioteca Rivadavia
y a partir del 5 de agosto estaré en el sum del centro cultural, también me
convocaron desde la Biblioteca Luis Braille. Se abrió un concurso en la Escuela
Nª 70, además estoy dando clases on line y al mismo tiempo, estoy compitiendo
para levantar mi nivel de jugador, todo para volcar a mis alumnos, en
definitiva, uno cuando mejor comprende el ajedrez mejor puede enseñar”.
El ajedrez tiene fama de difícil, “y si es difícil la maestría, cuando estás
haciendo ajedrez no podés estar pensando le quiero ganar, no me quiero
desconcentrar, tenés que estar haciendo ajedrez, tenés que estar pensando.
Muchas veces le digo a la gente que viene acá y juega rápido que no juegue rápido,
que aproveche a aprender a pensar. El ajedrez es una excusa, la forma en que lo
doy es que quiero que la gente aprenda a pensar. Qué hago para que el mundo
este mejor, quisiera que la gente se detuviera mas a pensar en el otro, por que
me llevo mal con el otro, porque tengo conflictos y problemas” filosofa el
profesor.
Jugarlo implica un encuentro entre humanos, “tiene sí o sí este calor humano y
esto de alivianar cualquier conflicto o de aprender a manejarlo. Aparte lo
bueno que esto es matemática disfrazada, es pensamiento lógico aplicado
totalmente, geometría aplicada. Cuando al chico le estás enseñando ajedrez, le
estás enseñando mucho de lo que va a ver en la escuela, no solamente a pensar a
razonar. Miro el reloj, miro el tiempo, miro a mi rival, qué me está
amenazando, administro el tiempo, qué voy a responder a cada cosa. Hay paralelismo
en lo que quieras”.

Filosofía
“Te puedo enseñar ajedrez calculo que en una hora, el tiempo para entender
las reglas básicas del juego, después surgís vos, vos te apropias del juego,
vos y tus defectos. Si sos una persona que no deja hablar al otro, si solamente
pensás en vos, empezás a pensar en tus planes, no en los planes del otro, así
empezar a perder partidas porque el otro piensa en tus planes y en los propios,
coteja y deduce que es lo mejor”. Según David Tkalecz de la derrota se aprende,
“perdiste y perdiste, tenés oportunidad de ganar, sí, miles de oportunidades de
hacerlo”.
El ajedrez viene de la época de las leyendas de India y Persia, lo toman los
árabes y los diversos conquistadores. Cuando llega a España en el 1500 le hacen
una gran transformación, “entre ello la gran transformación es la dama en
homenaje a Isabel La Católica, la dama toma una gran importancia pero los que
crean el juego son la misma gente que convence a Isabel de apoyar a Colón para
que haga el Descubrimiento de América”. Llama la atención el amplio público que
asiste a las clases. “Cuando jugas una partida de ajedrez la expresión es el
tablero” expresa el docente, “el tablero es el mismo tengas 4 años o tengas 82,
que fue la última de las alumnas que recién me saludó, lo que se mide es nivel
de conocimientos, todos están arrancando”.
Según Tkalecz, “están descubriendo en Europa que uno de los mejores
medicamentos contra el Síndrome de Déficit Atencional, es el ajedrez. Enseñarle
al chico a concentrarse es mejor que darle una droga para que se concentre, es
mejor en todo aspecto, entre invertir pagar a un profesor que invertir en
medicación. Europa está dando el ejemplo, están poniendo la materia ajedrez en
las escuelas. Nuestro gran competidor es lo que es masificado, pero creo que es
por desconocimiento, si supieran lo que le hace a los chicos, que pueden
concentrarse frente a un tablero, los padres se volcarían mucho más asiduamente
donde se trabaja de chico, cuando pierdo una partida de ajedrez no le puedo
echar la culpa al rival, la responsabilidad es mía, no me preparé lo
suficiente, no estuve concentrado, cometí errores, hay chicos que se enfrentan
con esto, enfrentar el dolor de la derrota, reconocer las propias limitaciones,
querer jugar mejor. Siempre enseño que para saber jugar lo primero que hay que
saber es que estoy jugando frente a otra persona, entonces, aparece el otro en
escena, en una sociedad tan egoísta, ese otro quiere lo mismo que yo, qué pasa
cuando dos personas quieren lo mismo y solo hay espacio para uno, entonces esos
conflictos educan mucho. Los valores se enseñan en la medida que son
practicados”.

La que manda es la partida
En cuanto a la experimentación de la enseñanza en ciegos, el profesional
asegura que “se le enseña ajedrez para que tenga memoria espacial, para que
entre en un cuarto y toque todo lo que hay y sé de cuenta dónde están las
cosas. Pueden salir caminando sin chocarse nada. Los ajedrecistas juegan de
forma peculiar, no pueden tocar las piezas, si la tocás la tenés que mover,
tengo que hacer un tablero en mi cabeza, donde yo puedo mover todo con una gran
imaginación”.
El juego es un eterno luchador, “la prueba es que sobrevive a la era de la
computación. La cantidad de partidas que se juegan por internet, somos el
tercer juego federado en el mundo, es un idioma, juego con gente de Corea,
Japón, en vivo. Tengo clases con Jorge Rosito, que es de Mar del Plata, y
también tengo clases con Rafael Leitao, que es un maestro portugués, que tiene
su compañero en Chile. Te abre un mundo de posibilidades, no es algo
excluyente”.