Una vida autónoma, digna
y satisfactoria es la meta actual de los especialistas en adultos mayores, una
de las novedades es la valoración de las actividades cognitivas estimuladas
desde los talleres o clubes de memoria.

El fenómeno demográfico de estos tiempos es el
aumento de la población añosa en todo el mundo, lo cual incluye a nuestro país
y nuestra ciudad. Si bien es considerado un triunfo de la humanidad, también
significa un gran desafío por parte de profesionales e instituciones que deben
ser capaces de brindar bienestar y calidad de vida durante el envejecimiento. Argentina,
es uno de los países más envejecidos de América Latina, la proporción de las
personas mayores de 65 años va en ascenso con el transcurrir del tiempo. Se
estima que para el 2050, el 25% de la población de nuestro país tendrá más de
60 años.

Envejecimiento activo
“Bahía Blanca presenta un envejecimiento acelerado -12%- y a su vez, es el
sector de adultos mayores el que mayor incremento presenta. La ciudad en total,
aumentó un 4,6% la población pasiva transitoria, la población activa sólo se ha
incrementado un 8,5%, y en cambio, la población pasiva definitiva lo ha hecho
en un 21,4% lo que da como resultado final, una población envejecida”, aportan
Soledad Lasser, terapista ocupacional y Marianela Bidegain, psicóloga. “Frente
a la contundencia de estas cifras, se torna necesaria la necesidad de ocuparse
y generar espacios y políticas, con y para este sector de la población”.
Lasser y Bidegain conforman un equipo interdisciplinario llamado Envejecimiento
Activo. “Nos abocamos a la tarea de envejecer activamente, creemos que trabajar
en equipo y desde diferentes disciplinas nos aporta una visión compleja y
multidimensional del fenómeno con el cual trabajamos, logrando así un abordaje
más profundo”.
El envejecimiento se construye activamente día a día, y por lo tanto, es
conveniente pensarlo y abordarlo desde etapas anteriores de la vida, ya que
desde el momento en que nacemos comenzamos a envejecer, y en gran parte
planificar la clase de adulto y adulto mayor que queremos ser. “Dejamos en
claro que entendemos a los sujetos adultos y adultos mayores desde la
perspectiva de la salud y la vida, y no desde la pasividad, la desvinculación y
la improductividad, es decir, que concebimos el envejecimiento como una etapa
llena de posibilidades donde se pueden descubrir nuevos intereses y
potencialidades”.
Las profesionales de la salud están convencidas que la creación de espacios de
prevención y estimulación, basados en acciones dirigidas al cambio de conductas
y cambios ambientales, tienden a mejorar la calidad de vida de las personas,
promoviendo la actuación autónoma y el bienestar de las mismas.

Hacer memoria
“Hemos implementado en la ciudad talleres de estimulación cognitiva, que se
conocen comúnmente como talleres de memoria, se trabaja desde la prevención
primaria, de manera grupal, con adultos y adultos mayores, desde los 45 años en
adelante”.
 La meta es optimizar la calidad de vida
del adulto y del adulto mayor, fomentando su independencia, participación y
protagonismo social, mientras, ofrecemos un espacio rico y estimulante para
entrenar y practicar de forma continua nuestras capacidades cognitivas: atención,
percepción, imaginación, razonamiento, entre otras.
“Destacamos la implementación del trabajo en grupo con adultos y adultos
mayores, convirtiéndose éste en un espacio promotor de salud.” Algunos de los
beneficios que se logran al trabajar de esta manera son la continencia mutua,
intervenciones con pares en situaciones comunes, que combaten el aislamiento
social, aprendizaje horizontal. “Se logran cambios superiores en grupo más que
individualmente, ya que se aumenta la motivación y el compromiso en las
actividades propuestas, además, se trabaja creativamente y en profundidad que
de manera individual”.
En la ciudad existen antecedentes de talleres de memoria, por lo general, han
sido las sociedades de fomento y los centros de jubilados quienes los proponen,
también existe la oferta de instituciones privadas.
“La frecuencia de un taller efectivo es de una vez a la semana, dos horas,
proponiendo que el mismo se desarrolle durante todo el año, para concretar los
objetivos planteados. Trabajamos con diversas actividades, que implican desde
ejercicios en fotocopias o cuadernos pasando inclusive con lo lúdico, para ejercitar
las diferentes funciones cognitivas. Mediante los mismos buscamos hacer uso de todos
los sistemas sensoriales: auditivos, visuales, táctiles, olfativos, gustativos
y propioceptivos, de esta forma, se estimulan y reactivas sus funciones y se
crean nuevas herramientas”.
El envejecimiento saludable no es una utopía, sino mas bien una ocupación de
estos tiempos, un espacio que pone en ventaja a quienes se animen a enfrentar
esta etapa de la vida con un mayor equipamiento personal, creado en forma
cooperativa con otros pares.